Sánchez presiona a la desesperada a la banca de inversión extranjera para que no hable mal de España
El Gobierno de Pedro Sánchez está aterrado ante la crisis económica que se avecina y el fin de las compras de deuda pública -que no deja de crecer- por el BCE. Por eso, está manteniendo contactos con los principales bancos de inversión internacionales con presencia en España en los que les presiona para que no hagan informes negativos sobre nuestra situación económica, según fuentes conocedoras de los mismos.
Dichas fuentes explican que el Ejecutivo está utilizando un «tono amenazante» con estas instituciones y está utilizando argumentos como que «todos tenemos que arrimar el hombro» en una situación tan complicada como la actual.
Esto demuestra que Sánchez y Nadia Calviño temen una huida de inversores extranjeros por las políticas antimercado que están aplicando; algo de lo que han alertado diferentes cargos del PP. Y demuestra la doble moral del Gobierno: en público no deja de atacar a las empresas, a los mercados y al propio BCE, pero en privado ruega a los que asesoran a los grandes capitales que no hablen mal de España a sus clientes.
Como informó OKDIARIO, los mayores inversores extranjeros en España se han resignado a las medidas de Pedro Sánchez, como el impuestazo a los bancos y a las empresas energéticas, y lo dejan ya por imposible. No obstante, no tiran la toalla con nuestro país, sino que ponen sus esperanzas en la próxima victoria electoral de Alberto Núñez Feijóo para que se normalice la política económica.
Ahora bien, Sánchez no las tiene todas consigo y menos aún si las encuestas empiezan a no pronosticar tan claramente la victoria de Feijóo en las próximas generales. Además, no hay que olvidar que el Tesoro tendrá que emitir deuda por 256.930 millones de euros en 2023, el 8,2% más que este año, y que el BCE ha abandonado sus compras de bonos (aunque se guarda su ‘bazuca’ de emergencia si las primas de riesgo se disparan).
Ignorancia del Gobierno
Con esta ofensiva, el Gobierno vuelve a demostrar su ignorancia sobre cómo funcionan los mercados y las inversiones, ya que simplemente se ha dirigido a los responsables de las oficinas en España de estos gigantes de Wall Street, cuando las decisiones se toman normalmente en Londres. Es decir, los interlocutores del Ejecutivo no tienen poder para hacer lo que les pide, sino simplemente para trasladarlo a sus sedes centrales, donde España no es precisamente su prioridad.
Una de las entidades con las que ha contactado el Gobierno ratifica esta falta de interés: «Al Gobierno le puede doler un comentario negativo de BBVA, o Santander, pero nuestros analistas no tienen ningún foco en España. Como país tenemos poca relevancia para ellos».
Otro banco va más allá y considera que el Gobierno no necesita presionarles: «A los bancos de inversión extranjeros no nos interesa para nada hablar mal de España. Iría contra nuestro propio negocio de M&A [fusiones y adquisiciones]. Otra cosa son las gestoras de fondos, que pueden cambiar sus estrategias de inversion y dar menos peso a los activos españoles».